La ciencia detrás de los cambios en el estilo de vida.
La cantidad de estudios de investigación que relacionan los efectos beneficiosos para la salud y los cambios en el estilo de vida es alta, y no pueden estar equivocados. Los cambios de estilo de vida analizados son variados. Algunos estudios se centran en la atención plena o la nutrición y el ejercicio, y algunos de estos estudios combinan cambios en el estilo de vida y miden la contribución a diferentes objetivos de salud y revierten la enfermedad. Por el contrario, la mayoría de los estudios concluyen que las modificaciones del estilo de vida deben acompañar a la intervención médica dirigida a tratar la enfermedad para mejorar los resultados y obtener cambios sostenibles.
Factores de estilo de vida:
- Dejar de fumar
- Cambios en la dieta.
- Actividad física o ejercicio.
- La atención plena.
- Compromiso mental.
En Medicina Funcional, nos enfocamos en encontrar la causa raíz de los síntomas o condiciones para aliviar las necesidades de nuestro paciente o lograr un determinado objetivo de salud. Por tanto, es fundamental garantizar un tratamiento que implique los cambios de estilo de vida adecuados. Los estudios han demostrado recientemente un vínculo importante entre la disminución de los marcadores inflamatorios, la mejora de la salud cognitiva, la pérdida de peso y los diferentes cambios en el estilo de vida.
Actividad física y dieta
Un artículo de revisión que estudió los efectos de los factores de estilo de vida modificables en pacientes mayores mostró mejoras en la neuroplasticidad y la salud cognitiva. En particular, la actividad física se relacionó con una mejora en la memoria y el aprendizaje, reduciendo el riesgo de deterioro cognitivo. Además, estos beneficios fueron acompañados de una mayor velocidad de procesamiento, atención y ejecución de actividades. De hecho, la marcada relación entre la estructura del cerebro y la actividad física se basa en la densidad tisular de las cortezas cerebrales, el volumen del hipocampo. Sin embargo, los beneficios de la actividad física se extienden a la señalización neurotrófica, la neurogénesis, la reducción de la inflamación y los mecanismos de defensa antioxidantes.
Además, se ha descubierto que la dieta y las prácticas de estilo de vida saludable son beneficiosas para la neuroplasticidad. De hecho, algunos de estos hallazgos tienen que ver con el hecho de que la función cerebral requiere el 20% de la energía total derivada de los nutrientes, lo que provoca que se necesite una dieta con suficiente energía para preservar la función neural. Sin embargo, la combinación de alimentos antioxidantes y antiinflamatorios son los impulsores que conducen a una mejor salud cognitiva y una mejora de la neuroplasticidad en pacientes mayores.
La curcumina: Este es un diarilheptanoide producido por la planta cúrcuma, que se encuentra en la especia de curry y produce pigmentos amarillos. Por el contrario, la curcumina es conocida por sus propiedades antiinflamatorias, sus efectos preventivos sobre el daño oxidativo y la reducción de la acumulación de amiloide. Recientemente, estudios han demostrado que su acción se basa en la donación de átomos de H y la transferencia de electrones que se traducen en la restauración de los mecanismos de homeostasis y la mejora de la neurogénesis. Por otro lado, disminuye la acumulación de amiloide, mejora las sinapsis del hipocampo, reduce los niveles de IL-6 y TNF-a, haciendo referencia a la curcumina como una ayuda esencial para la inflamación crónica.
Polifenoles de catequina: Estos compuestos bioactivos se encuentran en los tés y han mostrado propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Entre las catequinas más estudiadas se encuentra la epigalocatequina-3-galato (EGCG). El EGCG se ha relacionado con propiedades neuroprotectoras, disminución de la patología beta-amiloide, facilitación de la liberación de glutamato y reducción de ROS en el hipocampo.
Resveratrol: Un eliminador de ROS ampliamente conocido que se encuentra en las uvas, el vino y los cacahuetes y que está vinculado a la salud del cerebro a través de sus propiedades anti-amiloides. Además, estudios recientes han asociado las funciones del resveratrol con la modulación de las vías del factor nuclear KB y la estabilidad del ADN.
Ácidos Grasos Omega-3: EPA y DHA son ácidos grasos esenciales implicados en la fisiología neuronal. Los ácidos grasos omega-3 mantienen el equilibrio estructural de las membranas celulares y median las sinapsis e involucran el metabolismo de la glucosa cerebral y el estrés oxidativo. Sin embargo, los estudios han demostrado que la ingesta reducida de ácidos grasos omega-3 está relacionada con la reducción del tamaño neuronal y la demencia. Por otro lado, la suplementación con ácidos grasos omega-3 mejora la función cognitiva, reduce el riesgo de enfermedad de Alzheimer y demencia al mejorar el volumen de materia gris.
Restricción calórica y ayuno intermitente: Una restricción calórica del 20-40% transmite beneficios para la salud y contribuye a la función cognitiva. De hecho, la ingesta reducida de energía se ha relacionado con la reparación celular del ADN, la reducción del estrés oxidativo y una mejor utilización de la glucosa. Además, el efecto neuroprotector del ayuno depende de la expresión de BDNF, TrkB y NR2B.
Dejar de fumar, adelgazar y realizar actividad física
Por el contrario, la progresión de la inflamación de bajo grado y su relación con el aumento del riesgo de desarrollar una enfermedad crónica se ha estudiado en el contexto de cambios en el estilo de vida. En un estudio reciente, Klosster y sus colegas combinaron el abandono del hábito de fumar, la moderación del alcohol, la pérdida de peso y el aumento de la actividad física y los efectos sobre los niveles de proteína C reactiva (PCR) en pacientes con CDV.
De hecho, los investigadores querían ampliar la utilización general y la combinación de varias mejoras en el estilo de vida y su efecto en diferentes vías proinflamatorias. Además, su estudio encontró que los pacientes que informaron la mayoría de los cambios y mejoras en el estilo de vida eran los que tenían una menor concentración de PCR y una inflamación de bajo grado reducida.
Prácticas de modificación para reducir la enfermedad:
Uno de los principales cambios que deben realizarse para reducir la ingesta dietética de sodio, consumir una dieta saludable y hacer ejercicio. Mira este vídeo para aprender más.
En conclusión, es importante señalar que los cambios en el estilo de vida producen una mejora de la calidad de vida al reducir la inflamación sistémica y son sostenibles. Además, las mejoras encontradas en los estudios se realizan con un enfoque alcanzable. Además, las conclusiones de estos estudios muestran que los efectos beneficiosos dependen de la dosis de la modificación del estilo de vida. Por lo tanto, la intervención con cambios en el estilo de vida es una parte esencial del tratamiento y la prevención de enfermedades. Algunas formas de comenzar a vivir un estilo de vida más saludable pueden incluir:
- Empiece despacio: si nunca ha estado físicamente activo, intente caminar durante 10 minutos todos los días.
- Prueba algo que te guste: lo entiendo, puede haber una razón por la que no estás haciendo ejercicio. Si eres mujer, prueba a comprar un atuendo deportivo o zapatillas deportivas. Eso podría ser el truco, emocionarse por probar algo nuevo.
- Hable con su proveedor de atención médica si tiene una lesión o una cirugía anterior que afecta su movimiento.
- En lugar de comer menos, concéntrese en comer más verduras, agregar granos integrales y grasas saludables. Una vez que comience con esto, comience a cortar las bebidas azucaradas y beba agua en su lugar. Ordene la ensalada, en lugar de las papas fritas. Además, visite a un nutricionista si necesita ayuda adicional.
- Mencionamos alimentos antiinflamatorios, así como antioxidantes que pueden agregarse fácilmente a su dieta. Pruebe diferentes formas de incluirlos en su ingesta diaria y disfrute de sus beneficios.
- Deja de fumar, por favor. Como información adicional, las personas que se dedican recientemente a la actividad física tienden a reducir sus hábitos de fumar.
-Ana Paola Rodríguez Arciniega. Máster en Nutrición Clínica
Balter, Leonie JT y col. "La inflamación media el peso corporal y los efectos del envejecimiento en la ralentización psicomotora". Informes científicos 9.1 (2019): 1-13.
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Phillips, Cristy. "Moduladores del estilo de vida de la neuroplasticidad: cómo la actividad física, el compromiso mental y la dieta promueven la salud cognitiva durante el envejecimiento". Plasticidad neuronal, (2017).
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